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EL TRIANGULO DE LAS BERMUDAS



Una madre y sus dos hijas van de camping dos días.
La madre, una mujer muy fuerte y valiente pero q por el paso del tiempo y vicisitudes de la vida le dan miedo algunas cosas de modo que intenta tener controlados cuantos más factores mejor.
Las hijas, típicas chicas de 30 y bastantes que lo han tenido todo, incluyendo ración doble de inseguridad, miedo, y falta de autoestima porque han tenido unos padres fantásticos que les colocaron la carga de tener que ser mejores que ellos y les masticaban la carne cuando estaba dura ( hay que decir como casi todos de esta generación) y están  todavía decidiendo si son adultas o no.

Normalmente cuando se juntan pasan cosas sin control, como un fenómeno de la naturaleza. Nadie tiene la culpa pero así es.
La chica que está en el Camping decide hacer una sorpresa a las otras dos y alquila por una noche un bungalow muy cuqui para que la madre esté cómoda.
Desde el primer momento todo sale mal. Llegan al tren y la tarjeta no les funciona en ninguna máquina. La hija se agobia pq no ha conocido ni conoce la paciencia. Mientras la madre,  empieza a hacer la cola no vaya a ser q lleguen tarde al camping. Como si se pudiera llegar tarde a un camping!
Se suben al tren, después de haber hecho circular  todo el aire de la estación con sus abanicos.
En el trayecto se suben, no una,no, hasta tres personas cantando con el sampler de reggaeton de fondo. La madre que no soporta lo chabacano y vulgar se indigna y se tapa los oídos haciendo caras y gestos de desagrado. La hija, como ya se ha mencionado antes,  es medio idiota, se muere de la risa y lo graba todo en su móvil último modelo.
Por fin llegan a la estación. La otra hermana con la perra están esperando. Desde que tiene perra no se separa de ella, es una simbiosis total.
Al encontrarse todas están muy contentas pero la alegría dura poco al ver el maletón que la madre  llevaba para un día. La hija cuando las ve se enerva y empieza a correr desesperada hacia el camping llevando la súper maleta a hombros. La perra va detrás ladrando y aullando, poniendo nerviosos a todos los perros de los alrededores. La madre entre el disgusto y el calor sofocante se desmaya de la impresión y la otra hija avisa al encargado del camping para que las lleve en el carrito rápido al bungalow.

Una vez instaladas en el bungalow, las tres empiezan a sentir mucho calor así que deciden ponerse el bikini para irse a la piscina a darse un chapuzón. Cuando llegan a la piscina, la madre va la primera pero entre los nervios por la emoción del momento, el calor y que la escalera de la piscina le falta un escalón, al bajar al agua tropieza, se le escapa una pierna hacia arriba, otra se le cuela por el hueco de la escalera y le queda toda una rascada en el brazo de recuerdo del glorioso momento.
Una vez pasado el susto, habiendo hablado detenidamente con el vigilante de seguridad de la piscina, un chico con más acné por centímetro cuadrado de cara que cualquiera que haya visto, al cual le importaba un pimiento, se dirigieron al chiringuito. No el que estaba cerca no, el del pueblo de al lado pq está claro que estas tres petardas no pueden hacer nada sencillo.
Una vez escogido la mesa perfecta, proceso  nada sencillo porque tenía que controlar los siguientes factores: sol, calor, vista al mar, lo suficientemente lejos de la cocina y con no demasiadas personas ruidosas alrededor.
Viene el camarero a pedir y les recomiendan  las croquetas de chipirones. La madre al oírlo sin pensárselo exclama con desdén: CROQUETAAAAS?? Con este calor? A demás cuestan 14 €!  no algo fresquito por dios! Una de las hijas se le antoja y al final piden q les traigan un surtido. Pero evidentemente en el surtido solo hay una croqueta de chipirones que resulta ser exquisita, tal como dijo el pobre camarero y evidentemente hay tortas por ella. Total que cuando devoran la miserable croqueta el camarero se acerca y la madre dice sin pensarlo: traiga otra entera solo de chipirones, un día es un día. El camarero alucina y las tres se parten de la risa. Al final se gastaron mucho más de lo que la madre temía en un primer momento.
Al cabo de un rato, cuando llegó la noche cuando más tranquilas estaban estalló una crisis familiar. Una de las hermanas dice que quiere hacer yoga en el camping y la otra le comenta que es muy guay y hace el comentario inoportuno de compararse y decir que ella no sería capaz de eso. En ese momento se oyen unas explosiones al rededor en las copas de los árboles cercanos. Todo el mundo se asusta muchísimo, los perros se alteran y ladran por doquier y les piden a las tres porfavor que dejen de discutir porque se quemara el camping y no vale la pena morir por unas clases de yoga. Para nada.
Llega, por fin, la hora de irse a dormir. Una de las hermanas se dirige a la tranquilidad de su tienda y las otras dos al bungalow. Del agotamiento y las emociones la madre se duerme enseguida y empieza a roncar. La hija, en cambio no puede dormir pensando en todo lo que ha sucedido durante el día y van desfilando por su cabecita todas las situaciones y conversaciones. Como no puede dormir, se tiene que levantar muchas veces para ir al lavabo y aquí viene el problema, porque cada vez q se mueve toda la casa parece estar cobrando vida y se tambalea como un flan de huevo y la madre se despierta asustada gritando y pensando q alguien entra a violarlas. El mismo proceso ocurre TODAS LAS VECES QUE ESTA SE LEVANTA A MEAR, por mucho que la chica intenta no hacer ruido.

A la mañana siguiente viene la otra chica feliz de haber visto el amanecer con su perra y se junta con la madre que está fresca como una rosa y con muchas ganas de desayunar. La chica que no ha dormido nada y ahora está en el momento bueno de descanso se despierta escuchando las conversaciones de las otras dos decidiendo de donde venían las hordas de hormigas que salían del lavabo. La madre opinaba que alguien se había dejado un tampax y por eso casi morimos devoradas por la marabunta. La hija pequeña que es más hippy y de higiene más distraída le dice: Mama es el campo!

Después de un desayuno a base de aceite y más aceite acompañado de un poquito de pan y un barril de té y algo de café  las tres se dirigen a la piscina otra vez. Esta vez no hay ningún accidente y todo transcurre con extraña normalidad.
Hasta q llega la hora de la comida. Decididamente la claridad y capacidad organizativa para pedir la carta de estas tres brilla por su ausencia. Cuando ya han confundido al camarero, la que no había dormido casi, que a veces está más centrada manda callar a las otras dos y le dice al camarero: mira, perdona, es que no nos hemos tomado la medicación hoy , sino te importa yo te hago la comanda. Después de unas cuantas risas histéricas y dejando que surgieran los efectos del alcohol las tres se relajan y disfrutan de una comida espléndida.
Al acabar de comer se dan un último chapuzón en la playa y se dirigen de nuevo al camping a descansar a la sombra de los pinos.
Cuando consiguen estar realmente relajadas, de repente, ven a lo lejos gente gritando y haciendo aspavientos mirándolas con expresión seria y enojada y oyen: USTEDES SON LAS DE LA CASA DE LA PUNTA? TENIAN QUE SACAR SUS PERTENENCIAS A LAS 12! LOS NUEVOS INQUILINOS LLEVAN 2 HORAS ESPERANDO
Las tres salen corriendo hacia allí con tan mala pata q se resbalan con las chancletas y caen terraplén abajo creando una bola humana que se espachurra estrepitosamente en la caseta del encargado.
La madre se levanta como puede con los pelos de Medusa y dice: Que pobree, con lo majo que es!
La vuelta a casa transcurre en silencio sin ningún otro incidente. Cuándo llegan a casa dicen: bueno, esto hay que repetirlo no?

Todos los acontecimientos aquí relatados, desgraciadamente son verdad. Aunque se haya utilizado en alguna situación la exageración y la parodia. … pero no en muchas….

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