ME VOY PA ROTA…
Hoy he cogido el ave dirección Sevilla Santa Justa, o lo que es lo mismo, el caldero del infierno.
Iba por el metro feliz con mi vestido indio pensando que me encanta irme de viaje y sentirme un poco nómada por un rato, casi ser una vagabunda, con el móvil, el secador, el serum del pelo claro.., cuando me giro y me doy cuenta que llevo unos 10 metros arrastrando la chaqueta por el suelo llevándome toda la mierda del metro. Molt bé, estupendo!
Al llegar al control del Ave le doy a la chica el móvil con el código de barras del billete, me dice que lo pase me creo que es una tarjeta de crédito y la paso haciendo florituras como si fuera el capote de un toreo y me dice la chica: no hace falta hacer tonterías simplemente lo acercas y debería pitar, pero no había manera, la gente en la cola de empezaba a impacientar y unas chicas que llevaban unas bicis plegadas dentro de unas bolsas enormes las sacaron y saltaron la cola bajando las escaleras como unas kamikazes.
Finalmente la máquina leyó el código y yo pude pasar.
Todo el trayecto ha pasado sin ningún tipo de accidente, salvo que he tenido que ir al lavabo. Hoy en día, si eres mujer, tienes la regla y tienes que ir al lavabo de un tren ya está considerado oficialmente deporte de riesgo…. Madre mía, que difícil todo, no hay papel la tapa se cae, se te cae todo por el suelo, no encuentras nada y acabas como puedes con mucha suerte sin apenas mancharte y con todo más o menos en su sitio. En fin.
Después de devorar el bocadillo de pollo con pan de cereales y una cocacola, escribir y contestar un millón de wassap, releerme una vez más el libro Call me by your name que llevo leyendo desde los Óscars, mirar por la ventanilla el paisaje sintiendo que estoy solucionando mi vida con solo pensarlo y escuchando casi todas las listas que tengo descargadas del spottify, por fin llego a Sevilla.
Cuando bajas en verano en la estación de Santa Justa sientes rápidamente que has cometido un grave error y que tienes que volver cuanto antes a lugares con un clima más amable con la piel y los órganos vitales.
Esta vez tengo suerte porque parece que la temperatura es más clemente y se puede hasta respirar. Pero como me siento hinchada de estar 5 horas sentada, el bocata y la regla prefiero coger un taxi que me lleve a la estación de autobuses.
Ahora estoy esperando en la estación a que salga mi autobús dirección Rota, una villa preciosa en la bahía de Cádiz que tiene una base americana que es famosa por ocupar gran parte de Europa.
Bueno….todo ha salido mal…, ya empezamos. Llevo 5 min esperando a que salga el bus que hace tres cuartos de hora que he comprado y está a punto de salir. El chico me dijo que pone coche 1 y yo con mi habitual lógica difusa decido que es el hueco de los autobuses que pone 1. Me parece raro porque siempre lo cojo al otro lado pero como tengo cosas que pensar me siento y no le doy más importancia. Llevo 5 min y ya pasa de las 4:30 pero como estoy girada hacia la izquierda no me doy cuenta que el bus a Rota está a punto de salir. Yo de mientras estoy haciendo una lista de los sitios que hemos ido en verano con mi pareja. Vamos, lo normal de hacer cuando vas a coger un bus. Con lo cual, cuando son casi y 40 levantó la vista del móvil y se me ocurre preguntar por fin por el bus a Rota y me dicen unos chicos muy graciosos: chiquilla q es el que acaba de salir!
Me muero muerta. Crisis histérica total. Empiezo a juntar todas las cosas que me han salido mal y por si no son suficientes me invento alguna o las exagero para que la bola sea suficientemente grande como para querer morir devorando pasteles hasta explotar.
Espero dos horas más desesperada y consigo subirme al bus.
Después de 1 hora y media más, baldada y agotada llego por fin a Rota. Mi familia al completo están esperándome, ha venido hasta el perro. Me ayudan con mi super maleta y nos dirigimos a la casa de mi abuelo.
Nada más entrar me empiezan a enseñar toda la comida buenísima que han hecho: arranque, arroz, picadillo de tomate… todo buenísimo como siempre y horrible para guardar la línea. También como siempre de postre un helado, un día es un día, Si luego no duermo qué más da con lo bueno que está. Lo malo es que en casa de mis tíos cada día es un día
Finalmente nos vamos a dormir. El día ha sido bastante largo.
Continuará...
Continuará...
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