DON CORLEONE
Siempre he creído que los roles que se establecen en las familias es algo que te colocan y que viene casi dado por el karma, el cosmos o la energía universal. Como si fuera una gran representación ya desde pequeños nos colocan un personaje y es curioso cómo a lo largo de toda tu vida te vas dando cuenta de lo difícil que te resulta salir de él y como si del sitio de Sheldon se tratara, ese es es tu sitio para siempre y pobre de ti que pretendas cambiarlo.
Sin embargo, cada vez me estoy dando más cuenta que nosotros tenemos un papel y una responsabilidad importante en la adquisición de ese rol. Es más, no es que te coloquen el rol desde fuera, es más bien algo que cada uno hacemos que decidimos aceptarlo y nos lo asignamos.
Así por ejemplo, cuando Michael Corleone, abatido al lado de la cama de su padre moribundo asume el papel del Padrino, podríamos decir que son las circunstancias que lo empujan a ello, pero es realmente él el que hace el movimiento decisivo y se coloca el personaje, que todo hay que decir, le viene como anillo al dedo.
Por lo tanto, no podemos quedarnos con la idea superficial de que una fuerza superior o nuestros familiares nos colocan las pesadas cargas y que nosotros las asumimos como víctimas pasivas.
Todos tenemos nuestra responsabilidad en la adjudicación de roles, depende de nuestra capacidad de autoanálisis y de nuestro esfuerzo que podamos cambiar nuestro modo de vida y así abrir el abanico de posibilidades. Solo así podremos ser la mejor versión de nosotros mismos.
Por ejemplo, yo este fin de semana tengo una boda en El Ejido y me acabo de dar cuenta que me ha venido la regla. Con lo cual he montado el típico pollo mío dramático de napolitana histérica porque ya no voy a poner disfrutar de la boda,que me va a doler mucho y encima no tengo las pastillas, y ya no pienso salir de la habitación.
Tengo dos opciones: seguir en mi rol de la niña pequeña que dramatiza por la situación o actuar como adulta de una forma objetiva y equilibrada disfrutando del fin de semana asumiendo las posibles molestias con madurez.
Me encantaría poder decir que adopté rápidamente el segundo rol, pero no sería del todo sincera. Me costó medio día la transición des de la niña histérica a la semi adulta resignada pero lo que importa es que al final lo conseguí. Llegamos al hotel, fuimos a la cena previa a la boda y disfrute de la comida y la compañía.
Bueno, sobretodo de la comida y la bebida porque después de madrugada vomité todos los canapés y el vino tinto… q se le va hacer.
La boda al final estuvo muy bien, lo pasamos bien y aunque no comí demasiado entre el dolor, las pastillas y el mal cuerpo de la noche, disfruté del postre ( esto no me lo quita nadie ) y luego recuperamos el tiempo perdido en la pista de baile.
A la vuelta, sobretodo en el coche, vuelvo a mi rol de niña que delega y dejo que Andreu se encargue de conducir mientras yo duermo con la cabeza descontrolada como un pollo degollado. Hay aspectos de los roles que no interesa cambiar demasiado ….
Con todo , llegó a una conclusión. Para que los demás no te encasillen en un papel, primero tienes que creértelo tú y defenderlo a muerte como una loca, sólo así romperemos con la imagen preconcebida que tengan de ti y aunque posiblemente haga que te vean como una trastornada al menos sólo por eso te dejen tranquila durante un tiempo.
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