SANTA JUSTA AL LÍMITE Como recordaréis, me quedé sin móvil en Rota al darme un guantazo un camarero carajote que llevaba las comandas de un lado a otro como si no hubiera un mañana. Al dia siguiente me espera todo una buena jornada en Sevilla a 40 grados en la sombra, una vaga histórica de taxistas y sin móvil ni ninguna manera de comunicarme. Hoy me he dado cuenta de algo importante. A demás de mi adicción al azúcar tengo una preocupante adicción al móvil. Bueno, para ser honestos esta adicción la compartimos toda la sociedad capitalista, excepto quizás un pequeño reducto de personas que como el pequeño poblado de Asterix, aún no han sucumbido a la fiebre de la comunicación constante. Da miedo lo que te puede llegar a bloquear, no puedes comunicarte con nadie, ni buscar donde se coje el bus para ir a Santa Justa, por si no hay ni un taxi en toda la ciudad, no puedo escuchar mi música, escribir, mirar las noticias, hasta saber la hora porque tengo el reloj que también se...